Reacciones familiares

Los hermanos de un niño diabético pueden tener ce los de la atención especial que éste recibe debido a su afección. El niño, por su parte, puede sentirse mal por tener que enfrentarse a la diabetes cuando los demás no tienen por qué preocuparse. Es importan te que todos estos sentimientos salgan a la luz y se comenten en familia. Hablar de estos temas (con cierta regularidad, si es preciso) sirve para aclarar las cosas, y favorece el hecho de que los demás hijos es tén atentos a los signos de hipoglucemia. Si son lo bastante mayores, se les debería enseñar a tratar este tipo de crisis.
Un área de posibles conflictos familiares es la de las comidas. Quienes no padecen diabetes se muestran reacios a tomar ciertos alimentos saluda bles. La verdad es que todos deberíamos seguir la dieta que se aconseja a los diabéticos. No es fácil para un niño con diabetes ver que los demás comen cosas que a él le están prohibidas, como dulces y chocolate, así que conviene evitarlo al máximo. Una vez más, lo mejor es comentar y explicar el proble ma y, si es posible, persuadir a los otros hijos para que limiten la ingestión de dulces; su salud también lo agradecerá.

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