Biguanidas

Este tipo de fármacos se usa desde hace más de 50 años. En la actualidad se dispone de fenformina, but-formina y netformina. Se desconoce con exactitud cómo funcionan, pero al parecer reducen la velocidad de absorción de la glucosa en los intestinos y ejercen un efecto más complejo en el hígado. Debido a ello, no pueden administrarse en caso de padecer alguna afección hepática, y es mejor evitarlo si existen com­plicaciones renales. No debe temerse una reducción excesiva de glucemia porque las biguanidas no estimulan la liberación de insulina. Suele prescri­birse a personas obesas, ya que no aumenta el apetito y produce una reducción moderada de peso. Se suele empezar con una dosis baja, una o dos veces al día durante las comidas, para ir aumentando la cantidad a medida que el cuerpo se acostumbra.
Los principales efectos secundarios son trastornos digestivos —náuseas y diarrea—, y hay quien deja de tomarlo por este motivo.

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